El clásico se juega desde lo mental

A una mirada desatenta, la foto que ilustra este texto puede provocar una interpretación  superficial de lo que representa. En un primer momento podemos procesar la imagen como la de un equipo celebrando el hecho de que se mantuvo la mística de los 20 años sin perder en su propio estadio frente a su archirival.

La ruca sigue inexpugnable.

Los análisis que propongo desde la mirada de la psicología deportiva demandan un poco más de atención y un ejercicio de abstracción – la operación mental que consiste en separar un elemento de su contexto para mejor apreciación y consecuente entendimiento.

Fíjense que además del ambiente descontraído y festivo  fruto del desenlace favorable para los albos, está plasmado en el lenguaje no verbal y corporal de los mismos el goce de que por fin las presiones de la obligación moral de mantener la «paternidad»  – que habían sufrido durante toda la semana – ya no seguirán asombrando las dependencias de Macul.

Las dudas, las incertidumbres y la responsabilidad por el quiebre de la maldición (ojo,pensamiento mágico pero de eso podemos hablar más adelante) impuesta, muchas veces, de forma desmedida, es traspasada a los azules. Hay un Gonzalo Espinoza, anonadado, manos en la cintura y mirada perdida como se buscara encontrar aliento o soporte en alguien o algo. Pero está periférico, está solo. El volante a traves de su postura personifica el sentimiento que aplaca a todos los hinchas azules que siguen sin encontrar respuestas frente a la pregunta:

«¿Cuál es ese detalle que nos ha faltado?».

No nos alejemos de lo que nos puede brindar la foto. En ambos costados podemos identificar a varios jugadores interactuando entre ellos y manifestando apoyo mutuo.En el costado izquierdo vemos a Valencia y Bolados, chocándose las manos al igual que los extranjeros Maxi Falcon y Blandi, en el costado derecho. El mismo Blandi, cuestionado personaje que ha visto pocos minutos en la cancha el 2020 y que al parecer en el presente año ha sido reconocido y validado por sus pares. Elementos cruciales en un deporte colectivo.

Lo más interpretativo y emblemático está siendo protagonizado por el joven Solari (arribado a Macul durante el segundo semestre del tortuoso periodo que ha vivido el equipo el 2020) al sostener a Martín Rodríguez, lo que denota una fuerte hermandad. Ser vehículo para el otro. Jugar con y PARA mi compañero.

Phil Jackson, legendario entrenador,mentor y líder del baloncesto defiende que el éxito dentro de un equipo se construye a través de un vínculo inquebrantable entre sus componentes. Vinculo que lleva a los jugadores a tomar una distancia óptima de sus egos y dar pasaje a una experiencia plena de implicarse e involucrarse en la tarea grupal, relegando sus objetivos personales.

Cohesión y generosidad.

Cuando la cohesión de un equipos es alta, se desarrollan sentimientos de solidaridad que van a contribuir para la identidad del grupo bien como para fomentar el deseo de que sus miembros quieran seguir perteneciendo a él.

No existen recetas generales para el exito cuando hablamos de aspectos psicológicos y cognitivos que inciden en el desempeño de los atletas y sus equipos. Pero si hay detalles que deben ser respetados y tomados en cuenta al momento de formar a un equipo. Para que este grupo sea mucho más que un contingente de personas respondiendo a un parado táctico.